Juanito tenía cuatro años, y como todos los niños a esa edad, era muy curioso. Lo que más le gustaba en el mundo era explorar, y casi cada día hacía un descubrimiento nuevo.
Precisamente de uno de esos pequeños descubrimientos cotidianos habla esta historia salida de la imaginación de Ramón Aragüés y que comienza a la hora del baño.
Papá le frotaba las orejas, las rodillas, los codos y los pies. Para apurar más, Juanito se frotaba con jabón. De repente, se le hundió el dedo. ¿Qué había pasado? ¡Que se había metido el dedo en el ombligo! De esta manera nuestro protagonista descubrió que tenía un agujero en la barriga, pero el hallazgo le causó tanta intriga que desde entonces siempre estaba preguntando: Pero, ¿por qué tengo ombligo?
Y es que Juanito está experimentando una de las etapas infantiles más divertidas: la de las preguntas. Durante este período, los más pequeños quieren saber el porqué de todo lo que les rodea, y como en este caso, acuden a aquellos que tienen más cerca: a papá, a la hermana mayor, al abuelo, a mamá…
Cada uno de los miembros de esta particular familia, aprovechándose de la inocencia del pequeño irá inventando una mentirijilla acerca del origen del ombligo, hasta que finalmente la madre le desvele la verdadera razón de su existencia, y de paso, uno de los grandes misterios de la vida.
Texto de Ramón Aragüés Peleato
Ilustraciones de Francesca Chessa
Colección O - OQO Editora